Cuando realicé el viaje al Nilo en SUP en diciembre 2017, pensé que era algo increíble y que este viaje merecía la pena compartirse con más gente. Un viaje tan fabuloso no debía de quedarse solo en mi memoria y decidí sacarlo para el resto del mundo, aunque uno siempre puede equivocarse, enamorarse de un espejismo y fabricase en la mente nada objetiva un viaje idílico como algo realmente extraordinario. Hasta el regreso de este viaje no pude alcanzar la magnitud y lo maravilloso que es, fue al cotejarlo con el resto de participantes cuando vi la dimensión y la satisfacción que producía entre ellos. Constantemente me repetían esto es grandioso, debes de promocionarlo mejor no tiene parangón vivir a si un río de esta forma y conocer su fascinante cultura no hay nada semejante. En todo momento se sentían privilegiados a pesar de cruzarse con cruceros de máximo lujo, nosotros vivimos el Nilo en su plenitud. Con la autonomía y  la independencia que producen las tablas de SUP a la vez que su seguridad (por cierto no hay cocodrilos) todo ello acompañado de falucas (barcos veleros del Nilo) donde comemos y dormimos en las cautivantes playas, con aguas limpias recién salidas de las presa de Asuan y un equipo de nubios a nuestro servicio, grandes marineros con ganas de agradar y hacernos la vida más feliz.

Un viaje totalmente sostenible a remo y a viento, sin humos ni nada que rompa la armonía del río con más historia del planeta. El mítico río Nilo a tus pies, apto para cualquier persona, solo tienes que desearlo porque todo lo que vas a conocer se te va a grabar a fuego en tu alma viajera.

Próxima oportunidad marzo 2019