Siempre soñé con ser un náufrago

Quizá fueron demasiados libros de caballerías. Soñé que varaba en blancas arenas, salpimentadas de domados troncos de palmeras despeinadas por brisas y tempestades. Deseaba ser propietario del suelo que pisaba, aunque fuera solo mientras andaba y como única compañía mi sombra y yo, yo y mi sombra. Olvidar el pasado y anhelar un futuro impredecible, repleto de aventuras y sobrevivencias. Que cuando se apagara la noche comenzara un nuevo y desvelador capitulo, cargado de peripecias e incertidumbres. Deseaba una isla que no viniera en los mapas, lejos de todo, cerca de nada. Océanos de distancia entre lo que fui y lo que me quedaba por ser. Quería ser un viernes más en el calendario del universo, zahorí del verso y poeta del agua. Quería ser un náufrago más en el solsticio de la vida. Quería mi propia gloria sin compartirla, mi reconocimiento, mi autarquía, mi sinceridad platónica.

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Para mucho de nosotros viajar es sinónimo de curiosear, de conocer un poco más allá del escaparate que nos venden. la cuestión es: ¿Cómo llegar esos lugares recónditos, ocultos al gran público? La fórmula para conseguirlo es contratar a un buen guía local y explicarle bien lo que deseas. Ellos o más bien nosotros, los guías locales, os llevaremos a esos jardines secretos que tenemos escondidos y que raramente desvelamos. A estos lugares que se accede dificultosamente, pues los lugares emblemáticos y más conocidos, ya se encargaron de facilitar los accesos para su mercantilización y saturación.

Cuando viajo por otros lugares fuera de mi territorio siempre me agencio de algún guía aborigen, nunca me baso solo en libros-guías o información de internet, Porque sé que de alguna forma no encontraré el paraíso que busco o perderé mucho tiempo hasta llegar ese destino. Sin embargo el guía autóctono me acortará las distancias y los tiempos, a la vez sabrá donde se encuentran vías de escape por si fuera necesario, será también conocedor de cómo y cuándo ir, de la fauna, las fuentes, cuevas, abrigos o la propia vegetación y hasta la climatología. Van a ser los mejores garantes de nuestra seguridad y  sobre todo de colmar nuestras expectativas. De esta forma contribuiremos con el desarrollo local, generando riqueza y trabajo a los que siempre están ahí, al pie de la montaña.

En numerosas ocasiones les dejo a ellos la libertad de que me propongan. Ni si quiera sé lo  que busco, dejo que ellos me hablen, les escucho atentamente y les hago conocedores de mi interés por ver o estar en su lugares favoritos, donde nadie más que él y sus elegidos llegan.

Estas diferencias me han dado pie a conocer lugares increíbles, montañas escondidas, ríos ocultos, paisajes estremecedores o tribus desconocidas. No hay nada como ponerse en manos de un genuino habitante, autentico geógrafo del lugar y cicerone ávido por mostrar paraísos perdidos a gentes merecedoras de ello, solo tienes que confiar y pasar por el tamiz de las buenas gentes.

 

Antonio Robledo ZAPA

Guía local del Cabriel

Guía local del Cabriel

Muchas veces me han preguntado ¿Cómo has podido llevar esa vida de aventuras, te habrás gastado mucho dinero en ello? Mi respuesta ha sido –El dinero es siempre relativo y pocas cosas hay más baratas que realizar una aventura. Puedes salir de tu casa con lo puesto y ponerte andar hacia algún lugar, cercano o lejano, ahí decides tú la envergadura en que quieres convertir tu hazaña. Para ello no necesitas nada más que hambre de improvisación, adaptación y capacidad de sufrimiento. El resto te lo ofrece el destino y sus caprichosas formas. Todo radica en la previsión que quieras dotar a tu aventura, lo organizado que tengas todo y los recursos que dispongas. Sin embargo puedes no informarte de nada, ni siquiera de un mapa, guía o móvil, que facilite tu gesta. El arte de perderse uno y dejarlo todo en manos de la providencia y la intuición.  Todo lo que acontezca tendrá la facultad de sorprendernos, eso es vivir la aventura en estado puro y salvaje, al margen de cualquier tipo de información. O bien prever de ante mano lo que nos vamos a ir encontrando por el camino y tener la planificación absoluta, dejando poco o nada a la improvisación. Aun así no todo es previsible ni todo sale como uno quisiera, ya que en nuestra vida tarde o temprano nos encontraremos con piedras que caen del cielo aun estando despejado.

Toda empresa de resultado incierto podría catalogarse de aventura, y ahí caben muchas cosas, más de lo que nos imaginamos. Desde el momento del nacimiento nos convertimos en potenciales aventureros, somos pasto de las anomalías de nuestra estrella, aquella que dicta nuestra fortuna, nuestro propio sino.

Por mucho que uno sea cauto o precavido, nunca tendrás la certeza al cien por cien que las decisiones que tomemos van a ser las correctas. Las influencias de otros serán decisivas y el giro de nuestro rumbo puede estar a la orden del día en cada acción, en cada decisión, en cada propuesta. Por eso debemos educar a nuestros hijos en desarrollar capacidades resolutivas y de resiliencia que nos otorguen infinidad de registros para poder salir lo menos perjudicado de cualquier atolladero.

Si nos empeñamos en apartar todas las piedras del camino haremos de nuestros descendientes, niños asustadizos, incapaces de tomar una decisión, de afrontar una iniciativa o de valerse por sí mismos. Crearemos personas vulnerables de cristal, frágiles de carácter, victimas del primero que les levante la voz. Carecerán de criterio y serán fáciles de domesticar. La sobre protección acarrea esa lacra. A nuestros hijos hay que enseñarles supervivencia y respeto a partes iguales. De nada sirve crear un superhombre sino sabe convivir, apoyar y apoyarse en los demás. Somos animales gregarios debemos cultivar las relaciones humanas y la empatía, y a la vez ser tipos duros e implacables. Parece contradictorio pero no lo es.

Probablemente la mayor aventura que me he corrido jamás, ha sido la determinación de tener un hijo. Ahora en plena adolescencia donde no sabes por donde vienen las tormentas, el único consuelo que tengo es saber que esta singladura es pasajera y transitoria, y que en las aguas de ese océano vendrán las calmas y los alisios favorables para llegar a buen puerto.

 

Antonio Robledo ZAPA

 

Cuando uno opta por hacer de su vida una aventura, renuncia a muchas cosas excepto a soñar. Toda aventura se fragua por medio de sueños previos, sueños que modelan proyectos e ilusiones que florecen fruto de la imaginación. Descubrir un paraíso, desvelar un misterio, hallar un tesoro, es la conclusión final que conlleva una acción, a menudo ardua y costosa llena de vicisitudes y peripecias. Lo fácil no atrae ni produce esa sublime satisfacción difícil de explicar, pero que todo el mundo entiende y sabe a lo que me refiero. Es a través del esfuerzo, la tenacidad y la perseverancia cuando acaba llegando, en forma de éxito o reconocimiento, eso que los antiguos llamaban “la gloria”. Existen distintos niveles para llegar a ella. Algunos necesitan conquistar el Everest y otros nos conformamos con pequeñas andanzas igualmente satisfactorias y más alcanzables en su realización.

El día de ayer nos dispusimos a desvelar el enigma del cañón encontrado en las Hoces del Cabriel. Tras el gran revuelo creado por el hallazgo, patrimonio mandó al cuerpo de élite de la unidad de actividades subacuáticas de la guardia civil para poder dar constancia e identificar la pieza de artillería sumergida en las aguas de nuestro preciado río. Cinco especialistas buceadores y yo descendimos en balsa de rafting por las bravas aguas del cañón con todo el material necesario para la inmersión. Nos costó encontrarlo, no sé porque ese día las aguas no estaban tan cristalinas como nos tienen habituados, pero al final dimos con él, mientras otros dos miembros de la benemérita nos hacían el apoyo externo. Montamos un buen tinglado para acceder al lugar. Sentía que entre nosotros la admiración era mutua. Ellos, grandes profesionales curtidos en mil batallas de búsquedas subacuáticas y, por mi parte, el conocimiento del terreno y manejo de la embarcación. Pertrechados con botellas, reguladores, cámaras y cuerdas, comenzó la inmersión.

Los días anteriores fueron un no parar de atender a medios de comunicación, arqueólogos, expertos en armamento antiguo, etc. Parecía que todo el mundo estaba expectante de si podíamos sacar el cañón del cañón, ¿De qué época podría datar, era de la guerra de la independencia, de las guerras carlistas o pertenecía a la guerra civil? Nadie se explicaba por qué se hallaba ahí. Lo cierto es que nosotros, desde Kalahari Aventuras, no teníamos ni idea, solo teníamos unas fotos sacadas el día que dimos con él. Todo eran hipótesis.

Tras muchas dudas llegamos a la conclusión de que aquello no era un cañón, a pesar de su apariencia. Era una bomba, pero no de estallar, sino de extracción de agua. Una bomba gigante que instalaron para poder sacar el agua del río y llevarla a los campos de arriba en una finca llamada el Purgatorio. Abandonada en el lecho de rio con sus cuatro ruedas y desde donde surgía un tubo a modo de cañón que se introducía en la tierra y ascendía por las laderas hasta dicha finca y que, al parecer, nunca llegó a funcionar. Nuestro gozo en un pozo o, mejor dicho, en una poza. Lamentamos las expectativas creadas, pero a veces las cosas no son lo que parecen, aunque todo indicaba otra cosa. La verdad es que hasta que no lo palpamos físicamente, no salimos de dudas. El tesoro que creíamos haber encontrado se difuminó como nuestros propios sueños. Sólo puedo decir que fue bonito mientras duró y que, si bien no hallamos un histórico objeto, estoy seguro de que los fondos del Cabriel albergan otros tesoros y un millón de historias por descubrir en uno de los ríos más limpios y bonitos de Europa. Al volver a casa y con la decepción a lomos de mi conciencia, me di cuenta de que el verdadero y magnifico tesoro, era el propio río y sus prístinas aguas.

Antonio robledo ZAPA

Director de kalahari aventuras

 

Aventura y exploración van unidas. La exploración culmina con el descubrimiento: la mejor recompensa del aventurero. Descubrir una cueva, encontrar una vista, toparse con una cascada o algún objeto escondido o perdido en los albores de los tiempos.

Hace unos días el equipo Kalahari, impartimos un curso de instructor de river SUP (guía de paddle surf en aguas bravas). Sabíamos que el río había sufrido una riada colosal y que su curso había cambiado en algunos lugares, modificando el cauce.

El último día, después de 5 intensas jornadas de formación, acabamos con el descenso del gran cañón de las Hoces del rio Cabriel, un tramo con mayor dificultad técnica, donde los rápidos se tornan en aguas bravas

Llegamos al corazón del cañón, a la altura de El Purgatorio, la zona más abrupta y aislada del río.  Un lugar por donde hemos pasado infinidad de veces. Pero esta vez algo extraño sumergido en las cristalinas aguas del Cabriel captó nuestra atención

La gran riada había modificado brutalmente el cauce y destapado un sorprendente cañón de las guerras carlistas o quizá de la guerra de independencia, oculto por sedimentos y gravas durante siglos. Ahora afloraba en un sitio difícil de creer. El rio lo había devuelto a la intemperie y a nosotros, el equipo de a Kalahari Aventuras nos había tocado encontrarlo, quizá fue suerte o quizá es la recompensa a 28 años descendiendo el río Cabriel

La sorpresa fue mayúscula. El cañón es enorme y parece en excelente estado de conservación con sus ruedas metálicas y todo. Y está perfectamente colocado en su posición en el lecho del río, como si alguien lo hubiese posado allí con mucho cuidado. Las preguntas nos asaltaron a todos desde el primer momento. La principal y más  extraña de todas ¿Cómo llegó semejante aparato hasta aqui, un lugar alejado de caminos, puentes y de cualquier signo de civilización. Un paraje en el incluso hoy todavía no hay cobertura ni ningún camino de acceso. ¿Quién tiró el cañón al río, qué hubo detrás de una acción así?  Llevarlo hasta ahí tendría un motivo. ¿Qué historia había detrás de ello?  Alguien supuso que podía tratarse de una retirada de los ejércitos, lanzando a los acantilados el arma para que no pudiera capturarla el enemigo y usarla en su contra. Otra teoría más peregrina es que no lo falcaron con una pía y con el propio retroceso al disparar se les callera al río. Esta es la teoría que más nos divierte, aunque no tenga ningún rigor.

Lo cierto es que el lugar donde se haya se encuentra muy distanciado de los pasos clave para poder cruzar esa gran barrera geográfica que es el Cabriel y su valle. Algo incomprensible para nosotros pero seguro que los historiadores y profesionales de lo antiguo nos darán una explicación coherente. Por lo pronto estamos dando parte a la guardia civil de patrimonio para que se haga cargo. Al fin y al cabo no deja de ser un arma.

Es una formidable paradoja haber encontrado un cañón en el cañón, valga la redundancia. El río, ese elemento vivo y cambiante que nos depara situaciones inesperadas, hoy nos ofrece un hallazgo histórico sorprendente, un pesado cañón de hierro fundido que a saber las guerras que habrá presenciado y los estragos que habrá causado. Si patrimonio quiere rescatarlo intentaremos sacarlo del río, ardua tarea, ya que deberíamos transportarlo por el agua hasta el puente de Vadocañas, situado 6 km rio abajo o bien extraerlo con un helicóptero, cosa bastante improbable debido a lo salvaje del lugar y a su arriesgada dificultad.

Este descubrimiento nos regala momentos sublimes de aventura en un territorio que conocemos bien. Felicitamos al equipo de Kalahari por el histórico hallazgo, siempre en la brecha o en el filo de lo imposible.

 

 

Ni el agua ni el tiempo se pueden retener. Por mucho que queramos detener el tiempo, llegará inevitablemente el fin en forma de esquela. Lo mismo pasa con el agua. Tarde o temprano buscará salida hasta llegar al inmenso mar donde finalizará su viaje, pasando a la eternidad.

Sí en algo ha sido desagradecido el ser humano, es en el trato ofrecido a los ríos. Es una paradoja que el único elemento indispensable para el ser humano es el agua, en su formato más tangible: los ríos. Estos han sido maltratados, vejados, contaminados y olvidados por la reciente humanidad. Tras una asombrosa indiferencia, el hombre de hoy menosprecia la mano que le dio de comer, el útero que le dio la vida, las venas de la tierra, la fuente de la vida. Como si no fuera con nosotros relegamos al ostracismo en post del obsceno confort de una opulencia ingrata que nos hace desmemoriados e ignorantes.

Todas las civilizaciones, todos los pueblos se han asentado en las riberas de los ríos, era la única condición indispensable para montar un asentamiento, tener el agua corriente cerca. Era imposible concebir la tribu si no nos ubicásemos a la vera de un curso fluvial.

Pero los ríos son poderosos como poderosa es el agua. Últimamente su furia se desencadena en avalanchas ingobernables con la fuerza atronadora de una mastodóntica bestia enloquecida. La tierra se enfada y descarga su cólera con un llanto de rabia que destroza puentes y rebasa presas e inunda indolentes mentes miopes.

Solo me queda pedir disculpa como especie, aunque en el fondo piense que nos lo merecemos por la falta de consideración con lo realmente es importante. Como el tiempo el agua nos otorga la divina concesión de la vida y nosotros: maltratadores, nos creemos por encima de todo, incluso de la madre tierra que nos vio nacer.

Protejamos los ríos, protejamos nuestras madres.

Antonio Robledo ZAPA

 

Para cualquier habitante de la península ibérica volver a Asturias es como retornar al paraíso. No solo por sus verdes perpetuos, por sus afables habitantes o por sus guisos incomparables. Sino también por su mayestática naturaleza y el vertiginoso encuentro entre la montaña y el mar.

Hemos celebrado la TERCERA concentración de river SUP en el cantábrico. Nuestro entusiasta amigo Hugo de la escuela asturiana de surf ha organizado magistralmente este evento al cual he sido invitado un año más.

Asturias es popularmente conocida por su archiconocido descenso del Cares, pero estas jornadas nos descubren otros ríos menos populares y a mi gusto más bellos si cabe. Cares y Deva, dos ríos que confluyen en uno en su llegada al mar. A escasos kilómetros de sus playas, en el corazón de los picos de Europa hayamos lo que han sido estos dos cauces idóneos para la práctica del descenso en embarcaciones de stand up paddle o river SUP.

El ASTURIAS RIVER SUP FESTIVAL se compone de dos partes bien diferenciadas. La primera que ocupo los días 29 y 30 de abril destinada a la iniciación y a poder dar a conocer este singular deporte.

El primer día realizamos una introducción teórica previa, sobre la conducción de tablas de paddle surf en ríos, mencionamos como actúan las corrientes, cuales son las remadas necesarias, como caer y también potenciamos la lectura de rio. Una vez introducidos mediante la charla, vino el descenso. Grado 1º de dificultad del tramo del río Deva (Se considera la gradación más fácil en la dificultad de ríos), salimos desde la población de Panes para finalizar unos 8 km. más abajo. Este tramo debido a su sencillez puede realizarlo todo tipo de personas e incluso niños, el río ofrece corrientes muy nobles y amplios caminos para su trazado. Durante todo el recorrido gozamos de esas aguas tan cristalinas que alberga este tramo. Con buen ambiente y disfrute de al menos 30 participantes.

El siguiente día domingo elevamos un poco más la dificultad del tramo de río, pero sin alcanzar gran nivel de complejidad (grado 2º) Comenzamos en el rio Cares y aproximadamente la misma distancia que el día anterior, ese día aumento un poco más el número de participantes. Llegando a ser unas 35 deportistas. Los rabiones o rápidos le daban un poco más de condimento al descenso. El tramo discurría paralelo a la carretera a cierta altura y con las orillas más encañonadas que el anterior día. A destacar el paso del Cachopo como máximo exponente de dificultad. Aun así lo fascinante de este deporte es que uno se pone el listón donde quiera, pues siempre puede uno optar por ponerse de rodillas en la tabla, y así bajar el punto de gravedad y reducir enormemente la posibilidad de caer. Debemos decir que la mayoría lo intentaron de pie. Como el anterior día, el río ofrecía límpidas y claras aguas, y pasos muy seguros en su navegación, careciendo de peligros evidentes o situaciones angustiosas. Llegamos a la confluencia del río Deva rebasando las juntas para acabar en la ya familiar población de Panes.

Ambos días dieron pie a dar a conocer esta nueva modalidad de navegación en ríos tan apasionante y de tan singular belleza. El river SUP nos regala una visión panorámica del rio sin parangón, pues al bajar de pie el rio, podemos apreciar mucho más la hermosura que contiene ambos ríos en su plenitud. Comparada con el resto de embarcaciones fluviales donde siempre se va sentado (kayak, canoa, rafting), reduciendo considerablemente la apreciación del río, sus fondos y sus aguas.

Día 1 de mayo la quedada de deportistas ya avanzados. Este último día fue destinado a practicantes experimentados en este deporte. Descendimos el río Cares de grado 3º de dificultad. En la quedada participaron gentes venidas de toda España. De valencia, Extremadura, Madrid, Euskadi, la Rioja, Andalucía, Galicia e incluso Escandinavia. El tramo que ya alberga rápidos más comprometidos y más técnicos, se salvó sin ningún tipo de lesión o accidente más que los típicos revolcones que nos ofrecen los ríos de aguas bravas. Desde mi perspectiva como supero de ríos, este tramo del río Cares puedo aseverar que es uno de los ríos más hermosos para la práctica del river SUP. Sus aguas esmeraldas escavadas en pura roca caliza otorgan sensaciones cromáticas paradisiacas. A veces producía una sensación ingravitatoria de navegar por la superficie de un cristal, que de vez en cuando se agitaba, dándole la emoción subyacente necesaria para conquistar el corazón de cualquier amante de los ríos vivos. Nos encontramos en uno de los ríos más bellos del mundo, puede parecer exagerado. Pero desde mi experiencia profesional de bajador de ríos por todo el mundo puedo confirmarlo con conocimiento de causa. El tramo nos llevó unas cuatro horas de descenso. Evitando solo un paso debido a un sifón. El resto se navegó dignamente entre rocas, espumas y pozas de ensueño. Acabamos todos encantados, esperando la 4ª edición del ASTURIAS RIVER SUP FESTIVAL 2024. Rematamos todos los miembros de la quedada con una buena cena en un restaurante del lugar, bien remojados esta vez en sidra y sin chaleco salvavidas, ni casco. ¡Viva Asturias patria querida! Nos veremos el año que viene.

 

Antonio Robledo ZAPA de Kalahari aventuras

 

Elige. ¿Qué quieres seguridad o foto? Difícil decisión. Cuando  vamos a bajar ríos por esos mundos de Dios, aparece ese dilema. Llegamos a un lugar expuesto donde el peligro se multiplica y lo que vemos es un rápido espeluznante, donde asoman elementos que uno identifica como al menos inquietantes. Aparecen riesgos reales de sufrir un susto enorme o, más incluso, de jugarte la vida en un segundo. Siempre algún compañero suelta la frasecita con sorna “¿seguridad o foto?”

Precisamente esos lugares suelen ser espectacularmente atractivos para la fotografía, pues albergan grandes desniveles, movimientos virulentos o espumas atrapantes, otorgándole una inusual belleza fotogénica a la escena. Por norma, en los ríos vamos provistos de una bolsa de rescate. Es nuestra mejor amiga. Se trata de una cuerda que nos da acceso a cualquier lugar desde una orilla o un punto seguro. Ésta se encuentra embutida en una manga de cordura, que al lanzarla se despliega con cierta precisión y nos sirve para aferrarnos a ella, en el caso que todo salga mal para poder salir del atolladero dignamente. Pero para ello necesitamos las dos manos y hay que estar atento y concentrado, tanto o más que el que desciende el rápido. El safety o seguridad debe hacer confluir cuerda y rescatado con exactitud, todo ello en la hipotética cinta transportadora que es un río. En esos momentos estamos en lo que estamos y no hay tiempo para enfocar una cámara, aunque perdamos ese momento de gloria y no podamos pavonearnos en las redes sociales tan importantes hoy en día. “Actualmente lo que no muestras con imágenes sencillamente no existe”.

Que lástima perder nuestra integridad física por unos likes tan efímeros como la vida de un confeti. La esclavitud de la imagen hace que muchas veces estemos más pendientes de lo que verán nuestros seguidores, que de gozar un satisfactorio reto con uno mismo ante el brutal poder demoledor de las aguas bravas. Afortunadamente existen las go pro, esos artilugios del demonio que incrustados en el casco nos permiten grabar mediante un ojo de pez todo lo que nuestra mirada ve. La tecnología vino para quedarse y algunos compañeros son auténticos maestros de la edición, (no es mi caso, considerándome un minusválido digital). Ellos generan videos de pasmoso realismo creativo. Yo soy más de describir mediante letras lo que deparan las aventuras, aunque siento que el texto se queda obsoleto por mucho que me esmero en combinar sustantivos y adjetivos, pocos son los que leen ya (si has llegado hasta aquí, enhorabuena, te salvas). Aun así creo que la imagen no vale más que mil palabras, al contrario del dicho. Todavía no han sacado cámaras que reflejen sentimientos, sensaciones, emociones o escalofríos. Quizás el tiempo y la inteligencia artificial también me demuestren que nada es imposible y vuelva a equivocarme una vez más. ¿Dónde vamos a ir a parar? en todo caso yo, si me dan a elegir: seguridad, por favor, seguridad. No por nada, sólo para poder volver a contarlo y poder escribirlo para ustedes.

Antonio Robledo ZAPA

Muchos creen que conocen las Hoces del río Cabriel, porque han ido a hacer rafting al río Cabriel. Les mostraremos que no. Las Hoces del Cabriel es un sector muy concreto del parque natural, el tramo del gran cañón u Hoces. Lo normal es que ustedes hayan ido a descender el tramo de Tamayo (rafting clásico del Cabriel) a unos 30 km. río abajo de las Hoces. Para poder bajar las Hoces se necesita que el embalse de Contreras (aguas arriba) desembalse agua del pantano, si no es imposible.

Hacía mucho tiempo que no se podía realizar. A día de hoy se puede bajar el tramo de las Hoces (20km) porque al contrario que en media España este río tiene mucha agua, debido a las políticas de ahorro que ha tenido los años anteriores la CHJ (Confederación Hidrográfica del Júcar) institución que gestiona el agua.

Para pode bajar el cañón se necesitan guías muy experimentados ya que hay que conocer bien el tramo y disponer de una buena infraestructura. Son cuatro horas de descenso de una belleza indescriptible, transcurre por uno de los lugares más salvajes de la geografía europea. En Kalahari os ofrecemos la posibilidad de bajar este tramo tan especial y tan poco frecuentado. Os animamos a que bajéis con Kalahari empresa especializada.

Aprovechad el tiempo de suelta no os arrepentiréis. Reservad ya, no sabemos el tiempo que durará esta posibilidad. Conoceréis el corazón del parque natural que le da fama y nombre a esta reserva de la biosfera, patrimonio de la humanidad. Una experiencia única y maravillosa que pocas personas pueden presumir de haberla realizado.

También os ofrecemos la posibilidad de bajar el río durante dos días haciendo noche en el río. Esta opción es para los más aventureros y deseosos de gozar de una auténtica expedición en toda regla, os trasladará a lugares remotos, por su aislamiento y estado de conservación intacto de presencia humana. Tan cerca y a la vez tan lejos. A 1 hora de Valencia Y a 2,30 h. de Madrid. Solicitad más información en www.kalahari@kalahariaventuras.com. Número limitado

Rafting Hoces. Precio 75 € por persona

Expedición 2 días una noche, todo incluido. Precio 200 €

 

Curiosamente,  esta última sesión de puenting naturista nos ha deparado muchas cosas. Casi nos ha dado para escribir una tesis de quiénes somos y del comportamiento del hombre.

Los saltos fueron espléndidos. Todo el mundo saltó correctamente y todo fueron risas y euforias entre los asistentes y algún que otro curioso. No hubo medias tintas, saltamos todos con decisión. Nos lo pasamos en grande, como solemos hacerlo en estas ocasiones.

El reto de vencer dos miedos, el pudor y el vértigo, no es un tema baladí. Sabíamos que no era para mucha gente y, así fue, sólo vinieron cuatro a saltar. Pero ello no fue un impedimento para alcanzar cada cual sus objetivos. Lo más curioso, y eso es lo que nos ha hecho pensar profundamente, es que fueran 4 estupendas mujeres las que acudieron. Ni un solo hombre decidió asistir, cuando en las anteriores ediciones había una proporción de 10 hombres por una mujer. Fascinante.

¿Qué había pasado? ¿Tendría que ver algo la guerra, la inflación, el cornezuelo del centeno, Venus, Miguel Bosé, la luna? Nada de eso, ni nada parecido. La causa era un artículo en mi anterior post, en mi blog de Kalahari Aventuras, llamado METAMORFOSIS RETRACTIL DEL PUENTING NATURISTA. Cómo y de qué formas esas frases habían influido en la decisión de atraer al público masculino… Pues sí, habían influido y mucho.

El pudor había alcanzado un segundo nivel. No la falta de decoro en posar desnudo, ni si quiera en enseñar cada uno su longaniza, era el tamaño del pene lo que asustaba a nuestros amigos. La palabra retráctil nos hizo mucho daño. No valía consolarse con las afirmaciones científicas de que el aparato genital en su conjunto en un estado de alerta se repliega hacia nuestros adentros, haciendo que el instinto de supervivencia prevalezca por encima del pavoneo para conseguir o más bien deslumbrar. Nada de eso, el hombre, por encima de todo, debía tenerla más grande, ande o no ande. Y esa es la conclusión final de nuestro pequeño experimento sociológico. Qué suerte tienen las  mujeres, que controlan el aparente estado de su cuerpo. Ya estamos pensando en Kalahari en como echar un cable. Creemos que para el año que viene haremos puenting naturista con pastilla de Viagra incorporada. A ver si así no se rajan los que no tienen raja…jaja…jaja.

Metamorfosis retráctil de un puenting nudista

Kalahari nació para hacer más feliz nuestra existencia. Corría el año 1995 y decidí crear una empresa de aventuras en mi pueblo. Después de mucho deambular por la vida, sentí que una iniciativa así me haría sentirme realizado. Nadie creyó en mí, ni siquiera mis padres que posteriormente serían de gran apoyo. Tenía que ser algo diferente, algo que no solo sirviera para alimentarme, sino también debería ser un manantial de felicidad para mí y para los demás. Pronto encontré adeptos que me siguieron. Al principio eran clientes que yo les veía alguna cualidad y los invitaba a que se quedaran para aprender el oficio de guía.

Una de las actividades más llamativas con las que empecé, era el puenting. Saltar desde un puente con la precariedad de unas cuerdas y unos arneses hacia que a muchos les diera pavor, pero otros sentían la necesidad de conquistar el reto. Vencer el miedo, diciéndose a sí mismo – ¡Yo puedo!   Durante todo este tiempo ha sido una de mis actividades preferidas. Me lo he pasado francamente bien con la gente que se ponía al borde del abismo. Hace algunos años decidimos ir más allá, e invitar a saltar a la gente “gratis” quien lo hiciera desnuda. En estos últimos años no lo pudimos realizar, pero hoy que todo ha vuelto a la normalidad, volvemos a la carga con retadoras propuestas como esta.

Yo suelo encargarme de poner los arneses a las gentes que aceptan venir. Los chicos y chicas deben de doblegar dos desafíos importantes: el del vértigo, y el del pudor. Cuando llega el momento (me centro en el género masculino) los osados vencen el pudor rápidamente, sin muchos miramientos. Debo decir que sin fijarme exhaustivamente en el tamaño de sus atributos, (soy un profesional) puedo dar fe, que la mayoría obedecen a un tamaño estándar. Al cincharles los arneses comienzo a ver ciertos cambios fisiológicos en ellos. El pene comienza a menguar ostensiblemente, cuando les subo a la plataforma de lanzamiento segundos antes de saltar, la cosa se pone sería y lo que poco antes  era una disminución palpable de sus genitales, aquello comienza a invertirse de un modo retráctil. A la hora de dar la orden de salto prácticamente ha desaparecido entre sus inglés, los testículos se convierten en un par de pequeñas protuberancias apenas perceptibles. En ese precioso momento es cuando aparece “la metamorfosis” convirtiendo su aparato genital en una perfecta vagina, les desaparece el vello corporal y la voz se les torna más aguda. Hasta que al fin oyen, el un, dos, tres, salta.

Y como un ave mitológica vuela rumbo al vacío, acompañándoles un grito o más bien un graznido, hasta notar la firmeza de las cuerdas, que tensas y rígidas hacen pendular de un lado a otro ese ser antropomorfo. Entonces el hombre recobra su poderío natural de macho reproductor de la sabana. Rugiendo de felicidad ante los aplausos del resto de gente que hacen suyos el miedo y la euforia por partes iguales.

Próximo convocatoria el día 23 de abril 2023

Cuando los indígenas americanos veían a los primeros europeos a caballo, pensaban de ellos que eran solo un animal. Tan extasiados se quedaban que huían despavoridos ante tamaña criatura. Nunca habían visto un caballo, ni a un hombre barbudo, todo junto se asemejaba al mitológico centauro. En mi afición por el kayak en inhóspitos ríos sentí en alguna ocasión que producía tal sensación. Observado por gentes aisladas, no acostumbradas a la presencia de navegantes en sus turbulentos cauces, jamás presenciaron tal artefacto flotante. Cómo un extraterrestre bajando por sus ríos me veían, y más con casco, chaleco salvavidas y una piel de neopreno, en ocasiones también huían cuando intentaba preguntarles por algo, éramos de una sola pieza. Y es que esa misma sensación también la tengo yo al estar horas encajado en la angosta piragua ceñida como un guante. Así es… los kayakistas somos especialmente sufridores, pero sabemos que portamos la mejor herramienta para el descenso de ríos de aguas vivas. No hay nada como un kayak para poder sortear rápidos de toda índole, no se resisten ni las cascadas, es la auténtica reina de las aguas bravas. El hombrekayak no conoce límites, cada día supera récords, lo que hasta el día de ayer era considerado un infranqueable, llega un hombrekayak y rompe el himen de esa catalogación, otorgándole un grado 6º, el top de la navegación. ¿Para cuándo se inaugurará el grado 7º? En mi humilde opinión creo que ya hace tiempo que se alcanzó ese nivel. Aunque no está reconocido todavía. ¿Quizás sea el momento de ponerlo encima de la mesa? de todas formas si lo que quieres es iniciarte en este noble e inigualable deporte, te proponemos unas fechas para que puedas bajar y aprender las técnicas del kayak alpino o kayak de aguas bravas. El fin de semana 13 y 14 de mayo, en el río Cabriel a una hora de valencia y a dos horas y media de Madrid.

¡Alístate compañero riachero!

Antonio Robledo ZAPA

Durante 28 años todos los sábados a la noche realizamos el mismo ritual en kalahari. La torra o barbacoa, es el punto de encuentro donde se dirime todas las fatigas del día. Al caer la noche casi religiosamente el fuego prende entre retorcidas cepas. Combustible extraído de los campos de viñas locales, que arrancadas y secadas al albor de los tiempos nos proporcionan las incandescentes brasas para cocinar el proteínico embutido del  pueblo.

Festival de longanizas, morcillas o chorizos, sin descuidar la picosilla GÜEÑA, embutido autóctono de gran éxito (mezcla entre longaniza y chorizo, con personalidad propia) también la panceta, las costillas de cerdo o el pollo al “ras el hanou”. No nos podíamos olvidar de los vegetas que tienen su propia parcela gastronómica a base de verduras de temporada. ¿Y Qué sería de la comida sin la bebida? Aquí lo regamos todo con vino bobal la variedad propia del terreno. Para culminar nuestra pantagruélica experiencia con un té del cual no podemos revelar el secreto de su composición, pero que sin duda otorgará un remate delicioso a la cena.

¿Sí alguien espera sentarse en una mesa a zampar? se equivoca, pues la forma que procedemos es a colocar toda la comida en las mesas centrales y los asientos separados de ella. Utilizamos el pan como plato y no utilizamos cubiertos. Así de informal nos gusta, para que puedas hablar con unos u otros lo que más te apetezca. Creemos que sentarte en una mesa limita demasiado con quien te toca enfrente o a un lado, de esta forma te encuentras libre de poder charlar y compartir la comida con quien quieras, sin formalismos, ni protocolos. Al natural.

Aparte de alimentarnos, la barbacoa en Kalahari es algo más… Es el lugar donde compartimos las aventuras acontecidas del día. No faltan anécdotas o espontáneos que se lanzan a cantar o contar un chiste. El ambiente está garantizado entre todas las personas que decidieron pasar un finde con nosotros. Es el momento más buscado por los guías de las diferentes actividades que realizamos. Donde se interactúa y se confunden guías con clientes y clientes con guías, sin llegar a saber a que grupo perteneces.

Sí la carne del pueblo es la base de la cena, no es menos importante el humor con lo que nos tomamos la vida, creando un efecto contagio siempre dispuestos a echarnos unas buenas risas y a vivir intensamente como nos gusta. Y, como os gusta a vosotros, así nos lo hacéis saber.

Ven a pasar el día a kalahari  te proponemos  muchas cosas o vente unos días con nosotros aquí tienes los packs:

PACK COMPLETO PASCUAS

DIAS   7, 8, 9 y 10 de abril

4 ACTIVIDADES A ELEGIR (las actividades son de larga duración, mínimo medio día) incluye una noche de barbacoa + 3 noches de alojamiento + 1 de regalo

RAFTING

RIVER SUP

KAYAK abierto

KAYAK cerrado

CANOA doble

SUPERVIVENCIA  UTIL

MULTIAVENTURA   (escalada, trelkking y pista de obstáculos)

DESCENSO DE BARRACO   (suplemento 5 € tasas)

Precio por persona …………………….240 € por persona

PRECIO EXPECIAL GRUPOS PACK COMPLETO

Grupo de 4 personas ……………………..198 € por persona

Grupo de 6 personas…………………….. 185 € por persona

Grupo de 8 personas……………………..  175 € por persona

PACK DE 2 DIAS UNA NOCHE

2 ACTIVIDADES A ELEGIR + 1 NOCHE + BARBACOA   Precio   120€ por persona

NOTA

Los alojamientos son en nuestros tipis indios donde dispondrás de cómodos colchones. Necesario traer ropa de cama o saco de dormir.

Las barbacoas se necesita un mínimo de 10 personas, sí son menos se facilitara la carne las verduras, la leña y las parrillas para que cada uno se la haga en nuestras instalaciones.

Las actividades a elegir se necesitan un mínimo de 5 personas para realizarla. Lo normal es que las actividades más clásicas no hay problema para llegar al mínimo.

La actividad de descenso de barranco lleva un suplemento de 5 € para los permisos de entrada

Los precios de las actividades incluyen material necesario para su realización, guías profesionales, seguros de R.C. y accidentes e impuestos.

No incluye transporte a las actividades, ni calzado para las actividades, hay que traer zapatillas deportivas o escarpines. No chanclas.

 

Últimamente me dedico a escribir con mayor o menor acierto. Noto que con el tiempo me vuelvo más analítico con las cosas que plasmo sobre el papel. Eso me ha ayudado a identificar ciertos comportamientos que abundan en nuestro ser y que se repiten constantemente. Uno de ellos es la tendencia humana a generalizar las cosas, casi sin darnos cuenta acabamos aseverando tajantemente y polarizando nuestras opiniones. O eres del sur o eres del norte, o eres de los buenos o eres de los malos, los españoles somos así y los franceses son asá. Estas declaraciones nos llevan a errar constantemente. En el título de este artículo mismo lo podemos ver. NUESTRO MAYOR ERROR, cuando debería decir: uno de nuestros mayores errores, por eso debemos ser lo más cautos posibles a la hora de escribir o de trasmitir, porque sin percatarnos estamos definiendo nuestras posturas y por ende, enalteciendo nuestro ideario. Al parecer es un problema del subconsciente, porque si somos conscientes sabemos que no todos los rusos son malos o que los ucranianos no son todos buenos. (Por poner un ejemplo de actualidad) Hay rusos que odian a Putin tanto o más que los ucranianos, pero en demasiadas ocasiones escuchamos que Rusia esta asesinando civiles. No es Rusia, es el ejército ruso dirigidos por un psicópata y su equipo. Al igual que uno no tiene la razón absoluta, otros no se encuentran totalmente equivocados, siempre hay un tanto por cien de acierto y un tanto por cien de error. Habría que ver cuál es ese tanto por cien de una cosa u otra. Pero al ser humano le es más sencillo generalizar y decir: – Este es un idiota absoluto y este otro un ejemplo a seguir. Otro ejemplo seria catalogar a las personas como inteligentes o necias, cuando está demostrado que hay muchas clases de inteligencia y el que es listo para una cosa puede ser un zopenco para otra, y volvemos a esas generalizaciones que tanto nos gustan, a pesar de que sepamos que no estamos hablando con propiedad ni coherencia. Afinemos nuestra puntería con las palabras, os lo dice el peor francotirador del mundo.

Antonio Robledo ZAPA

Sabía que era un destino cautivador. Después de haber visitado en once ocasiones Nepal, haber viajado a Sri Lanka o a la isla hindú de Bali, la gente se asombraba de que no conociera la India. La tenía reservada en la alacena de los viajes épicos. No me valía ir en cualquier momento, ni con cualquier pretexto, tenía que ser especial. Era consciente de que éste era el momento. Aun así, apenas he conocido el subcontinente indio, un mes no da para mucho ante tremendo territorio. Es como viajar a un país de África y decir que conoces África. Por lo poco que he podido conocer, siento que la India no es un país, es una auténtica civilización, es algo más que el perímetro de una nación, es una interpretación propia de la existencia. Las civilizaciones son un conjunto de costumbres, saberes y artes propios de una sociedad. Todas ellas crean una diferenciación de otras áreas humanas. Esa es la lección que he podido aprender en apenas tres destinos. Me encuentro en un momento en el que ya no necesito conocer muchos lugares, sino conocer en profundidad donde me hallo y poder saborear cada plaza que visito, aunque sean pocas.

Me fui con un amigo habitual en mis aventuras, Yelito, un buen compañero capaz de averiguar y entrometerse en sitios que por mí mismo no me hubiera atrevido. A su vez, yo le proporcionaba esas otras experiencias donde él no podría haber llegado nunca. Digamos que la complementación ha sido muy fructífera y el viaje nos ha deparado intensidad, sin sufrir ansiedad. Nos levantábamos todos los días sobre las 10 de la mañana, lo cual nos permitía estar frescos para lo que nos acontecía en el día a día. Los que nos han seguido en las redes sociales pueden haber visto todo o casi todo lo acontecido, reservándonos ciertas áreas que solo se pueden contar en vivo.

Como últimamente en todos mis viajes, me he hecho acompañar de mi tabla de SUP. Ella me permite tener un punto de vista fuera de lo común. Navegar entre las piras funerarias del Ganges a su paso por Benarés (Varanasi) o remar en los blackwaters de Kerala o las playas del mar arábigo en Varkala ha sido todo un privilegio, que me otorga un placer más allá de lo tangible.

El viaje comenzó en Emiratos Árabes Unidos, en la populosa ciudad de Dubai. Un obsceno estado próximo a la ficción que alberga todo lo que la mayoría de los humanos no podemos permitirnos. Es un fascinante producto hecho de petrodólares y abundancia llegada de turbias procedencias. Durante 5 días fui acompañado de mi buen amigo Miguel Ángel, que me hizo de cicerone por las mega construcciones urbanas del desierto domesticado y, cómo no…, también me llevó al otro lado del telón, a la naturaleza más paupérrima y árida del territorio arábigo, el desierto, llegando a colarnos incluso en tierras de Omán.

Desde ahí volé a la India, llegando a mi primer destino, la ciudad del yoga, Rishikesh, a orillas de un Ganges recién expulsado del Himalaya, donde ya los Beatles se percataron de su atractiva belleza. Alquilamos las míticas Royal Enfield y recorrimos en moto sus inmediaciones. Pudimos asombrarnos de varios Artis (ceremonias a la puesta y salida del sol con cánticos, rezos y fuegos dando la bienvenida y despedida al astro rey) ante Shiva y sus consortes, presentes en todos los rincones.

De ahí volamos a Benarés o Varanasi, uno de los centros energéticos más impresionantes del globo. Dicen ser la ciudad más antigua del mundo, fundada por el propio Shiva. Situada en el Ganges, ciudad sagrada, capital de la espiritualidad hindú, es conocida por sus Ghats, gradas que llevan al río, donde se lanzan las Pujas. También ahí tienen lugar los crematorios de los difuntos, con sus cenizas arrojadas al río para la renovación de los ciclos y el karma. No tengo palabras para describirla, sólo sé que antes de irme de este mundo volveré. Aquí la vida y la más mísera existencia se dan la mano envueltas en un místico halo de inefable espiritualidad.

Por último, para completar el círculo, volamos a Kerala, el estado comunista del suroeste costero hindú. Este estado es a la vez la región más prospera de la India, donde existe el mayor índice de escolarización y esperanza de vida del todo el país. Paradójicamente, conviven hindúes, musulmanes, cristianos, jainistas y algún que otro judío en perfecta armonía. Sus playas son fantásticas, rodeadas de cocoteros y vegetación exuberante. Paralelos a la costa se encuentran unos canales llamados blackwaters, por donde transitan estas casas barco, reconvertidas en una experiencia fluvial para el turismo de paz y sosiego entre arrozales y zonas de cultivo. Aunque yo no crea en el comunismo como solución a los problemas, sí puedo ver que en esta tierra da sus frutos en oportunidades e igualdades. La asombrosa Kerala es un lugar paradisíaco donde hasta las desfasadas ideologías funcionan eficazmente.

Las gentes en la India hacen un consumo moderado de alcohol, lo cual evita desorbitantes reacciones. Con ello no quiero decir que no sean amantes de las fiestas y de los bailes. Si algo hay son fiestas, festivales o bodas, cada dos por tres te tropiezas con alguno de ellos. Todo se celebra, cuando no una religión lo hace la otra. Son muy escandalosos, les gusta elevar el sonido a lo más alto. Pasa lo mismo con su circulación, ahí sí que critico el uso exacerbado del claxon. Para un occidentalito como yo, resulta estridente y molesto a más no poder. Creo que eso sí les va a costar cambiarlo algún día. La falta de reglas en la conducción es un problema que a ellos les parece de lo más normal, nadie se enfada y todos asumen que así debe ser.

Algo a resaltar de esta civilización es el vegetarianismo del que hacen gala. La carne, más bien escasa, entre hindúes que no comen vaca y musulmanes que no comen cerdo, no da lugar a muchas opciones para comer chicha. Esta alimentación les hace tener una dieta equilibrada sin sobrepesos y, en cierta forma, sana. Digamos que la falta de sustancia de sus guisos la suplen con el massala  (currys), con destacada presencia de incandescentes picantes.

En este viaje he conocido desde la opulencia más desmesurada en Emiratos a la indigencia más avergonzante en India. Pero con lo que más me quedo de este último país es con sus gentes, amables y sonrientes. En ningún momento tuvimos un mal rollo o rechazo, todo ha sido bonito, cautivante y honesto. Y además barato, muy barato. Namaste. Y una última cuestión, porque cojones India se escribe sin hache e hindú si, ¿alguien lo sabe?

 

Antonio Robledo ZAPA

No vi ni mujeres desnudas cabalgando en caballos por la selva, ni repartidores de paquetes despistados buscando una dirección, sólo vi frondosidad y un cielo verde que como palio cubría  todo. Era el Amazonas.

A lo largo de mi vida, “ y ya son muchos años”, me he dedicado a descender ríos por el ancho mundo, cientos de ríos diferentes. Ríos vertiginosos, límpidos como el amanecer, blancos  deshielo, chocolate, negros como la noche, ríos que se precipitan por cascadas, desbordados, de cauces raquíticos, verdes turquesa, amables y apacibles, bestias indomables, salobres, dulces, fétidos, pesados por sus metales, ríos que desaparecen en la tierra, mar, lagos o agujeros infernales. Ríos con solo una orilla, ríos domesticados y muchos, muchos, la mayoría, salvajes. 

Pero como el Amazonas ninguno.

Una vida dedicada a comprender el lenguaje de los ríos. Utilicé para navegarlos kayaks, balsas de rafting, canoas, hidrotrineos, neumáticos, kayucos y desde hace unos doce años aprendí a bajarlos de pie, erguido, intentando no doblegarme ante turbulencias, desniveles u obstáculos. El SUP o Stand Up Paddle o paddle surf apareció en mi vida y me enamoré de esta nueva embarcación y sobre todo de su perspectiva.

Hace poco me uní a un grupo para bajar un río de la cuenca amazónica en SUP. Me contrataron como especialista para ver si se podían organizar grupos. Iba acompañado de un pueblo indígena amazónico, llamado los Sapara. Apenas quedan 500 miembros de esta etnia hoy en día. Los virus y sobretodo el caucho diezmaron su población. Hoy están intentando recuperar su lengua, el Sapara. Sólo dos abuelos la conservan, el quichua se impuso. El español les cuesta hablarlo, a pesar de encontrarse en Ecuador.

Comimos y bebimos lo que nos daba la jungla durante esa semana. Nos olvidamos de nuestra alimentación para convertirnos en pobladores de la selva.

El primer día que nos metimos en el río no había dejado de llover, como solo llueve en la jungla. El caudal creció convirtiéndolo en peligroso si no se conoce la mecánica del agua. El resto del grupo iba en cayucos conducidos por expertos indígenas. Aun así hubo algún problema debido a la súbita crecida. La singularidad de su cauce la determinaban sus constantes meandros, curva tras curva no había ni un solo momento en que el río tuviera cien metros en línea recta. Si no eras precavido, te podía lanzar sobre el exterior del meandro. La vegetación interrumpía el camino y en vez de sortear rápidos, había que sortear los troncos que cruzaban en ocasiones de lado a lado el río y que los indígenas decían que eran los puentes que utilizaban los jaguares.

Imagínense remar por un jardín botánico, un jardín de plantas y árboles plantados por el azar que sólo la naturaleza puede ofrecer. Helechos arbóreos, bambús, lianas, palmas, ceibas, plantas con hojas del tamaño de sábanas, flores, orquídeas, como si un jardinero se hubiera molestado en crear un decorado. Era simplemente maravilloso.

Con el tiempo el río llamado Pinguyaku fue cogiendo anchura. Numerosos afluentes tributaban aguas a su cauce, permitiendo y facilitando su navegación. Cuando me bañaba en sus aguas de color terracota notaba como sus fondos estaban repletos de troncos hundidos, ocultos a través de los tiempos. Era una auténtica red de troncos invisibles que cubría sus fondos y los hacía peligrosos.

 

Durante mis baños no cesaba de pensar en las anacondas y portaba un cuchillo a mano por si sintiera su fraternal abrazo.  Nunca había tenido las sensaciones de un río así, uno de los miles de afluentes que vierten aguas al Amazonas y que hacen que por algo éste sea la madre de los ríos. La conclusión final es que, afortunadamente para su salvación, no es apto para bajar con grupos. No hay constancia de que alguien lo haya hecho antes.  Es la primera vez que se desciende en SUP un río de la cuenca amazónica.

Por Antonio Robledo “ZAPA”

Antonio Robledo ZAPA – 1966

Guía de embarcaciones de aguas bravas federación española de piragüismo 1998

Aperturista de ríos

Pionero en river SUP desde 2008

Miembro del equipo de Al Filo de lo Imposible

Profesor de seguridad y rescate en aguas vivas

Fundador de Kalahari Aventuras en 1995, empresa pionera en el río Cabriel

Autor de Manual de SUP en aguas vivas

Autor de Manual de rescate en SUP en inundaciones y crecidas

Diseñador de tablas de SUP

Profesor guide master international SUP river

Guía de viajes de aventura en Marruecos, China, Nepal, Tailandia, etc

Director de expedición primeros descensos en SUP del río Nilo y río Gambia

Inventor, escritor y aventurero

 

 

 

 

 

 

La seguridad es algo obvio en cualquier actividad física, pero el exceso de seguridad no deja de ser parte ignorante del que no está verdaderamente preparado.  Las personas que deciden  acaban culminando en tajantes prohibiciones. Quien no sabe o carece de experiencia toma decisiones que coartan las actividades de forma inexplicable.

En nombre de velar por tú seguridad destrozan cualquier iniciativa, más por salvaguardarse uno mismo que por de verdad protegernos.

El ser humano siempre se ha aventurado en todas sus facetas y ha llegado más allá de lo establecido, conquistando lugares e ideas que anteriormente no se contemplaban o que simplemente no se eran capaces de llevar a cabo.

Siempre hay algún iluminado con potestad  de prohibir ciertos deportes en la naturaleza:  como surfear un día de bandera roja o bajar un río con una crecida, Justamente el momento más deseado por estos deportistas para la práctica de esas actividades, también los medios de comunicación convencen a la masa para que critiquen y opinen sin tener ni idea, exagerando la osadía como un acto de irresponsabilidad

Estos deportistas-aventureros requieren de esa incertidumbre de ese algo más para superarse.  La sobreprotección es algo que cohíbe y censura la normal evolución del ser humano no solo en los deportes sino en la propia educación del hombre. El ser humano necesita de esos errores para aprender, de esas pequeñas controversias que nos dan la vida y que son fundamentales para el desarrollo educativo. La gestión y aprendizaje de esas frustraciones es capital, porqué de los éxitos se aprende proporcionalmente muy poco a comparación de los fracasos recibidos. Unas veces se vence y otras se aprende, reza un dicho muy común entre deportistas.

También ciertas empresas juegan con esa máxima, confundiendo deportes de aventura con parques temáticos, en estos últimos, el riesgo debe ser mínimo ya que el cliente busca la sorpresa y la emoción sin riesgos, pero los deportes de aventura que se realizan en un medio natural  siempre contemplan cierto riesgo no controlado que el cliente debe de asumir, un esguince, una caída, un susto, un cambio meteorológico repentino, una picadura de un insecto, cosas incontrolables y que algunos venden como imposibles en un mundo cambiante e imperfecto (afortunadamente) de ahí viene el apelativo “aventura” acción de resultado incierto. Para ello están los guías profesionales para minimizar los agentes externos que pueden influir en el resultado. Aunque hay algo que nunca se puede prever y es la reacción humana de cada individuo ante una situación de estrés, aquí cada uno tiene que confiar en sí mismo.

El riesgo cero no existe y con el riesgo convivimos, desde conducir una bicicleta, hasta dar una vuelta con una moto y no digamos el mero hecho de conducir a cierta velocidad y pasar a escasos metros de otro coche que viene en dirección opuesta, todo ello y más, es un peligro potencialmente mortal, de la misma forma que pasear por una acera y te caiga una teja en la cabeza y no por eso se debe de PROHIBIR, sino acostumbrarse a una realidad maravillosamente imperfecta.

Antonio Robledo ZAPA

Cuando realizamos algo excepcional nos gusta informaros, así se puede calificar el rafting que hemos realizado EN EL RÍO ALGAR EN ALTEA. Siempre nos gustó explorar y es una de nuestras virtudes. Realizar primeros descenso por ríos nunca antes navegados.

Este fin de semana dimos la oportunidad a los habitantes de Altea de poder disfrutar de un descenso de aguas bravas en un río que la mayoría del tiempo pasa seco o con muy poco caudal.

Aprovechamos las abundantes lluvias recibidas en la comarca para explorar y ver que era factible, y después poder comercializar el rafting. Para ello nos desplazamos todo el equipo humano de Kalahari a Altea. Nos trajimos tres balsas de rafting y 6 tablas de river SUP. Así como todos los guías y ayudantes que forman parte de la familia Kalahari.

El tramo comenzaba en una pequeña presa que saltábamos con la barca. Ahí confluyen los ríos Guadalest y Algar. Seguidamente nos encontramos con un tramo que transcurre por un frondoso cañar. A veces parecía un jungla, pero el río se abría camino entre las cañas hasta formar un cauce más o menos definido. Muchas de los pasos debíamos ir agachados dentro de la balsa y pasar por un túnel de cañas, ahí nos posicionábamos con la técnica de la tortuga. Bajar todo lo que podíamos nuestros cuerpos y confiar en que el propio raft y nuestros cascos servían de ariete para adentrarnos en los pasillos donde el agua corría rauda y veloz entre espumas y olas. Era también una experiencia sonora acompañada del ruido infernal de las cañas al partirse por las indestructibles balsas de rafting.

La segunda parte el rio se abría y daba pie a pasos más clásicos de rafting dominados por el desnivel y las rocas. En uno de los pasos se formaba rebufo. Había que tener cuidado con el paso considerado de 4º de dificultad.

Cerca del puente de la autovía teníamos otro paso a destacar por las olas que contenía. Durante todo el tramo alternábamos entre espumas blancas y corrientes sin cesar. El rio traía mucha velocidad y pocas eran las contracorrientes donde podíamos parar para descansar y fraccionar los rápidos.

El tramo contenía un infranqueable en el puente de Sogai donde el agua pasaba sifonada por unos tubos realmente peligrosos. Hicimos el porteo por la orilla para salvar el paso y  luego meternos de nuevo al río.

Cerca ya de la ciudad de Altea, protegidos con la siempre espectacular sierra de Bernia al norte, acabábamos en el puente del polideportivo, donde siempre había curiosos que nos hacían fotos y se quedaban asombrados de ver que en su río, el de toda la vida habían venido unos locos a hacer rafting. No sabemos si alguna otra vez se podrá volver a repetir la experiencia porque no es normal encontrar el río con este caudal. AHORA O NUNCA así lo anunciamos entre los habitantes de esta preciosa villa.

LA PRIMERA VEZ QUE SE HACIA UN RAFTING EN LA PROVINCIA DE ALICANTE. Nada es imposible sobre todo en Kalahari aventuras. Empezamos la temporada y continuamos con nuestras actividades en el río Cabriel, la joya de los ríos del este español. Llámanos y reserva ya estas Pascuas alguna actividad con nosotros.

Nota: Advertimos que no es un río para novatos, abstenerse de bajarlo sin los conocimientos necesarios. Cualquier duda nos la podéis preguntar por correo.