Despedimos el año con nuestra tradicional concentración invernal de river SUP. Este año la hemos hecho por tierras de Extrema-dura. En los ríos Jerte y Tormes.

Han sido dos días muy divertidos  durante l0s que nos acompañó el buen tiempo. Nos juntamos gentes de Valencia, Alicante, Extremadura, Cantabria, Asturias, Francia y Madrid. En estos descensos nada competitivos el ambiente es muy relajado y el reto lo tiene uno mismo con el río, (sin que vaya nada en juego)  a sabiendas de que siempre estará apoyado por la camaradería que reina en el río.

No lo hemos hecho público por las restricciones del COVID. La siguiente podrá apuntarse más gente, “seguro”. Esta vez fuimos 12, más los kayakistas del segundo día. En el Jerte descendimos 17 km de grado IIº+ de dificultad, con algún paso rozando el 3. Al principio el río se desparramaba tomando mucha anchura y haciendo los pasos muy someros pero, poco a poco, tomo un cauce más definido y también más movido. A pesar de ser un tramo poco frecuentado, se encontraba prácticamente limpio de árboles caídos.

El nivel de los participantes era muy bueno, la mayoría de los pasos se sacaban de pie sobre la tabla. Hubo caídas espectaculares también, pero eso forma parte del espectáculo, sino te quedas en casa. Acabamos en el pantano de Plasencia, donde tuvimos una puesta de sol espectacular. El mesón Antonio, a pesar de su resistencia inicial (por el horario), nos sacó unos huevos con jamón que nos supieron a gloria, al calor de una reconstituyente  lumbre. Allí pudimos platicar sobre las anécdotas y vivencias que nos deparo el Jerte, entre muchas risas y el buen rollo que nos caracteriza a la gente de río.

Esa noche nos fuimos a dormir con las furgonetas a la playa de Puente Angosto. Al día siguiente nos esperaba el Tormes. Este río tenía otras características y más agua. Durante el descenso nos acompañaron unos kayakistas que nos abrían generosamente los rápidos. Nada más empezar el río nos esperaba un paso de IVº+, algo intratable para la tabla de SUP. Un kayakista volcó y se fue hacia un drosage que le perdonó la vida. El tramo era corto, albergaba unos 4 km. aunque muy intensos los rápidos eran de un IIIº exigente, y bajarlos a vista siempre le suma un plus. El paso del molino lo inauguraban 3 grandes olas, en las cuales no debíamos caernos porque se encadenaban dos rápidos seguidos y te lo podías nadar todo. El tramo transcurría por una muralla granítica de poca altura pero daba la sensación de estrangule y de que la roca es más poderosa que el propio agua.

Para acabar teníamos un paso donde rebufaba a la izquierda, suerte que en la derecha existía una lengua que nos sacaba con un desnivel de dos metros. Todos los pasos fueron realizados con éxito y,  a parte de un remo roto, no hubo ningún otro hueso roto.

Igual que el agua busca su camino el RIVER SUP va buscando el suyo. Cada vez somos más los adeptos a este nuevo deporte tan pasional y donde Kalahari ha tenido un papel relevante en su desarrollo.

Nos vemos en la próxima concentración en Asturias, donde el 30 y 1 de mayo habrá un cursillo para la gente de iniciación y 2 de mayo una bajada para avanzados. Dia 3 para expertos

 

 

 

 

Participantes:

Toni Amador, Rabadán, Andrés Minguez,Tente  Frederic Parrel, Guillermo Calvo, Nacho Moreno, Coque Graciano, Joaquin el trucho, Hugo Asturias, el Zapa y artista invitado Yelito y sus azafatas Cris, Mar y Quilla.

Aparición estelar de Fredi kayakista extremeño de prestigio.

 

Blog Zapa kalahari

En el mundo de las aguas bravas utilizamos la lectura de rio para interpretar una sección de rio en su descenso. No es más que identificar los diferentes accidentes y movimientos de las aguas para su utilización en la navegación. Cómo reconocer algo que nos puede beneficiar a la hora de buscar el camino correcto, o “línea”, en el argot riachero. La lectura de río es muy importante, ya que lo que vemos en la superficie nos permitirá avanzar o desistir en el intento.  Cuando el paso es imposible de hacer, nos encontramos ante un infranqueable. Ello no deja de ser relativo, pues deja de ser infranqueable cuando viene alguien y lo supera con éxito. Hoy por hoy se están bajando tramos que hace tan solo unos años nos parecían inverosímiles, pero el ser humano es fascinante y su capacidad de superación es cuanto menos asombrosa. La lectura de río se adquiere principalmente a través de la experiencia. Bajar ríos de diferentes gradaciones hacen que el hombre de las aguas blancas posea suficientes registros para poder acatar con solvencia los pasos. Los sustos son las vallas que nos colocan los ríos para superarlas. Saber con conocimiento de causa como retiene un rebufo o la succión de un sifón son situaciones que modelan y configuran a un hombre de río. Todas estas anomalías van a parar al saco del conocimiento.

Durante mi vida como kayakista anteriormente y paddle surfista de río ahora, he tenido miles de situaciones  esperadas y otras inesperadas en los ríos de los cinco continentes.  Una de las ecuaciones más difíciles en las aguas turbulentas es saber diferenciar entre lo que es un rulo y lo que es un rebufo. A priori parece fácil, pero en muchas ocasiones la cosa no está tan clara y, dependiendo de si es una cosa u otra, puede correr riesgo tu vida o al menos puedes llevarte un gran susto.  Este es el mejor indicativo de la experticie del hombre de río, pues a lo largo del ancho mundo he visto gente que aparentaba tener grandes conocimientos, y sin embargo no llegaba a diferenciar el rulo del rebufo. Y es que a veces es tan sutil la diferencia, que puede confundir. En conclusión, la lectura sirve para saber dónde puedes o no puedes meterte, hermano. También puedes intentar convencer a otro y que lo pruebe él, -Metete ahí  bro que no pasa nada, jejeje. Y si sale ya lo intento yo…