Elige. ¿Qué quieres seguridad o foto? Difícil decisión. Cuando  vamos a bajar ríos por esos mundos de Dios, aparece ese dilema. Llegamos a un lugar expuesto donde el peligro se multiplica y lo que vemos es un rápido espeluznante, donde asoman elementos que uno identifica como al menos inquietantes. Aparecen riesgos reales de sufrir un susto enorme o, más incluso, de jugarte la vida en un segundo. Siempre algún compañero suelta la frasecita con sorna “¿seguridad o foto?”

Precisamente esos lugares suelen ser espectacularmente atractivos para la fotografía, pues albergan grandes desniveles, movimientos virulentos o espumas atrapantes, otorgándole una inusual belleza fotogénica a la escena. Por norma, en los ríos vamos provistos de una bolsa de rescate. Es nuestra mejor amiga. Se trata de una cuerda que nos da acceso a cualquier lugar desde una orilla o un punto seguro. Ésta se encuentra embutida en una manga de cordura, que al lanzarla se despliega con cierta precisión y nos sirve para aferrarnos a ella, en el caso que todo salga mal para poder salir del atolladero dignamente. Pero para ello necesitamos las dos manos y hay que estar atento y concentrado, tanto o más que el que desciende el rápido. El safety o seguridad debe hacer confluir cuerda y rescatado con exactitud, todo ello en la hipotética cinta transportadora que es un río. En esos momentos estamos en lo que estamos y no hay tiempo para enfocar una cámara, aunque perdamos ese momento de gloria y no podamos pavonearnos en las redes sociales tan importantes hoy en día. “Actualmente lo que no muestras con imágenes sencillamente no existe”.

Que lástima perder nuestra integridad física por unos likes tan efímeros como la vida de un confeti. La esclavitud de la imagen hace que muchas veces estemos más pendientes de lo que verán nuestros seguidores, que de gozar un satisfactorio reto con uno mismo ante el brutal poder demoledor de las aguas bravas. Afortunadamente existen las go pro, esos artilugios del demonio que incrustados en el casco nos permiten grabar mediante un ojo de pez todo lo que nuestra mirada ve. La tecnología vino para quedarse y algunos compañeros son auténticos maestros de la edición, (no es mi caso, considerándome un minusválido digital). Ellos generan videos de pasmoso realismo creativo. Yo soy más de describir mediante letras lo que deparan las aventuras, aunque siento que el texto se queda obsoleto por mucho que me esmero en combinar sustantivos y adjetivos, pocos son los que leen ya (si has llegado hasta aquí, enhorabuena, te salvas). Aun así creo que la imagen no vale más que mil palabras, al contrario del dicho. Todavía no han sacado cámaras que reflejen sentimientos, sensaciones, emociones o escalofríos. Quizás el tiempo y la inteligencia artificial también me demuestren que nada es imposible y vuelva a equivocarme una vez más. ¿Dónde vamos a ir a parar? en todo caso yo, si me dan a elegir: seguridad, por favor, seguridad. No por nada, sólo para poder volver a contarlo y poder escribirlo para ustedes.

Antonio Robledo ZAPA

Curiosamente,  esta última sesión de puenting naturista nos ha deparado muchas cosas. Casi nos ha dado para escribir una tesis de quiénes somos y del comportamiento del hombre.

Los saltos fueron espléndidos. Todo el mundo saltó correctamente y todo fueron risas y euforias entre los asistentes y algún que otro curioso. No hubo medias tintas, saltamos todos con decisión. Nos lo pasamos en grande, como solemos hacerlo en estas ocasiones.

El reto de vencer dos miedos, el pudor y el vértigo, no es un tema baladí. Sabíamos que no era para mucha gente y, así fue, sólo vinieron cuatro a saltar. Pero ello no fue un impedimento para alcanzar cada cual sus objetivos. Lo más curioso, y eso es lo que nos ha hecho pensar profundamente, es que fueran 4 estupendas mujeres las que acudieron. Ni un solo hombre decidió asistir, cuando en las anteriores ediciones había una proporción de 10 hombres por una mujer. Fascinante.

¿Qué había pasado? ¿Tendría que ver algo la guerra, la inflación, el cornezuelo del centeno, Venus, Miguel Bosé, la luna? Nada de eso, ni nada parecido. La causa era un artículo en mi anterior post, en mi blog de Kalahari Aventuras, llamado METAMORFOSIS RETRACTIL DEL PUENTING NATURISTA. Cómo y de qué formas esas frases habían influido en la decisión de atraer al público masculino… Pues sí, habían influido y mucho.

El pudor había alcanzado un segundo nivel. No la falta de decoro en posar desnudo, ni si quiera en enseñar cada uno su longaniza, era el tamaño del pene lo que asustaba a nuestros amigos. La palabra retráctil nos hizo mucho daño. No valía consolarse con las afirmaciones científicas de que el aparato genital en su conjunto en un estado de alerta se repliega hacia nuestros adentros, haciendo que el instinto de supervivencia prevalezca por encima del pavoneo para conseguir o más bien deslumbrar. Nada de eso, el hombre, por encima de todo, debía tenerla más grande, ande o no ande. Y esa es la conclusión final de nuestro pequeño experimento sociológico. Qué suerte tienen las  mujeres, que controlan el aparente estado de su cuerpo. Ya estamos pensando en Kalahari en como echar un cable. Creemos que para el año que viene haremos puenting naturista con pastilla de Viagra incorporada. A ver si así no se rajan los que no tienen raja…jaja…jaja.

Metamorfosis retráctil de un puenting nudista

Kalahari nació para hacer más feliz nuestra existencia. Corría el año 1995 y decidí crear una empresa de aventuras en mi pueblo. Después de mucho deambular por la vida, sentí que una iniciativa así me haría sentirme realizado. Nadie creyó en mí, ni siquiera mis padres que posteriormente serían de gran apoyo. Tenía que ser algo diferente, algo que no solo sirviera para alimentarme, sino también debería ser un manantial de felicidad para mí y para los demás. Pronto encontré adeptos que me siguieron. Al principio eran clientes que yo les veía alguna cualidad y los invitaba a que se quedaran para aprender el oficio de guía.

Una de las actividades más llamativas con las que empecé, era el puenting. Saltar desde un puente con la precariedad de unas cuerdas y unos arneses hacia que a muchos les diera pavor, pero otros sentían la necesidad de conquistar el reto. Vencer el miedo, diciéndose a sí mismo – ¡Yo puedo!   Durante todo este tiempo ha sido una de mis actividades preferidas. Me lo he pasado francamente bien con la gente que se ponía al borde del abismo. Hace algunos años decidimos ir más allá, e invitar a saltar a la gente “gratis” quien lo hiciera desnuda. En estos últimos años no lo pudimos realizar, pero hoy que todo ha vuelto a la normalidad, volvemos a la carga con retadoras propuestas como esta.

Yo suelo encargarme de poner los arneses a las gentes que aceptan venir. Los chicos y chicas deben de doblegar dos desafíos importantes: el del vértigo, y el del pudor. Cuando llega el momento (me centro en el género masculino) los osados vencen el pudor rápidamente, sin muchos miramientos. Debo decir que sin fijarme exhaustivamente en el tamaño de sus atributos, (soy un profesional) puedo dar fe, que la mayoría obedecen a un tamaño estándar. Al cincharles los arneses comienzo a ver ciertos cambios fisiológicos en ellos. El pene comienza a menguar ostensiblemente, cuando les subo a la plataforma de lanzamiento segundos antes de saltar, la cosa se pone sería y lo que poco antes  era una disminución palpable de sus genitales, aquello comienza a invertirse de un modo retráctil. A la hora de dar la orden de salto prácticamente ha desaparecido entre sus inglés, los testículos se convierten en un par de pequeñas protuberancias apenas perceptibles. En ese precioso momento es cuando aparece “la metamorfosis” convirtiendo su aparato genital en una perfecta vagina, les desaparece el vello corporal y la voz se les torna más aguda. Hasta que al fin oyen, el un, dos, tres, salta.

Y como un ave mitológica vuela rumbo al vacío, acompañándoles un grito o más bien un graznido, hasta notar la firmeza de las cuerdas, que tensas y rígidas hacen pendular de un lado a otro ese ser antropomorfo. Entonces el hombre recobra su poderío natural de macho reproductor de la sabana. Rugiendo de felicidad ante los aplausos del resto de gente que hacen suyos el miedo y la euforia por partes iguales.

Próximo convocatoria el día 23 de abril 2023

Últimamente me dedico a escribir con mayor o menor acierto. Noto que con el tiempo me vuelvo más analítico con las cosas que plasmo sobre el papel. Eso me ha ayudado a identificar ciertos comportamientos que abundan en nuestro ser y que se repiten constantemente. Uno de ellos es la tendencia humana a generalizar las cosas, casi sin darnos cuenta acabamos aseverando tajantemente y polarizando nuestras opiniones. O eres del sur o eres del norte, o eres de los buenos o eres de los malos, los españoles somos así y los franceses son asá. Estas declaraciones nos llevan a errar constantemente. En el título de este artículo mismo lo podemos ver. NUESTRO MAYOR ERROR, cuando debería decir: uno de nuestros mayores errores, por eso debemos ser lo más cautos posibles a la hora de escribir o de trasmitir, porque sin percatarnos estamos definiendo nuestras posturas y por ende, enalteciendo nuestro ideario. Al parecer es un problema del subconsciente, porque si somos conscientes sabemos que no todos los rusos son malos o que los ucranianos no son todos buenos. (Por poner un ejemplo de actualidad) Hay rusos que odian a Putin tanto o más que los ucranianos, pero en demasiadas ocasiones escuchamos que Rusia esta asesinando civiles. No es Rusia, es el ejército ruso dirigidos por un psicópata y su equipo. Al igual que uno no tiene la razón absoluta, otros no se encuentran totalmente equivocados, siempre hay un tanto por cien de acierto y un tanto por cien de error. Habría que ver cuál es ese tanto por cien de una cosa u otra. Pero al ser humano le es más sencillo generalizar y decir: – Este es un idiota absoluto y este otro un ejemplo a seguir. Otro ejemplo seria catalogar a las personas como inteligentes o necias, cuando está demostrado que hay muchas clases de inteligencia y el que es listo para una cosa puede ser un zopenco para otra, y volvemos a esas generalizaciones que tanto nos gustan, a pesar de que sepamos que no estamos hablando con propiedad ni coherencia. Afinemos nuestra puntería con las palabras, os lo dice el peor francotirador del mundo.

Antonio Robledo ZAPA

Desde que compré el teleportador de materia, no paro en casa. Ya me deshice del teletrasportador, aquel viejo cacharro que me hacía pasar a la velocidad de la luz por todo el universo. Con el teleportador salgo de mi casa y, zas, aparezco en Sirio sin tener que pasar por ninguna escabrosa área plagada de meteoritos o escombros interestelares. Ayer mismo me fui  al horizonte de sucesos del agujero negro 384-X-34Q, que me habían recomendado. Justo en el borde mismo, en primera línea, estuve haciendo un picnic ante el atrayente y negro agujero. Mañana me voy a un exoplaneta de la constelación de tauro, donde hay unas formaciones de cristales de berilio fantásticas para hacerme unas fotos y ser la envidia de la galaxia. Cada vez me aburre más la tierra: que sí un día hace calor, que si otro te hielas, después del cambio climático esto es un coñazo. No sabes a qué atenerte. Está todo hecho un páramo inhabitable, tal y como lo dejaron después de la guerra nuclear entre americanos y rusos por Ucrania. Se lo tuvieron merecido, tanta arrogancia, tanta desfachatez, ahora ya no vive ninguno de ellos para contarlo. Menos mal que siempre nos quedará África. Aunque cada vez nos ponen más problemas para emigrar allí. El black power no quiere mestizaje, según ellos se debilita la raza y la hace más fea y débil ante las radiaciones. Al final tendremos que irnos a la vecina galaxia de Andrómeda. Hay un planeta enano con atmosfera y vida jurásica que está empezando a domesticarse. Lo  vi en una agencia interespacial llamada Aldebarán holidays. Bueno, es una opción, no creo que consiga entrar en África sin papeles. Y si entro me espera un trabajo de mierda hasta conseguir el permiso de residencia.

 

Microrrelatos

Antonio Robledo ZAPA

Sabía que era un destino cautivador. Después de haber visitado en once ocasiones Nepal, haber viajado a Sri Lanka o a la isla hindú de Bali, la gente se asombraba de que no conociera la India. La tenía reservada en la alacena de los viajes épicos. No me valía ir en cualquier momento, ni con cualquier pretexto, tenía que ser especial. Era consciente de que éste era el momento. Aun así, apenas he conocido el subcontinente indio, un mes no da para mucho ante tremendo territorio. Es como viajar a un país de África y decir que conoces África. Por lo poco que he podido conocer, siento que la India no es un país, es una auténtica civilización, es algo más que el perímetro de una nación, es una interpretación propia de la existencia. Las civilizaciones son un conjunto de costumbres, saberes y artes propios de una sociedad. Todas ellas crean una diferenciación de otras áreas humanas. Esa es la lección que he podido aprender en apenas tres destinos. Me encuentro en un momento en el que ya no necesito conocer muchos lugares, sino conocer en profundidad donde me hallo y poder saborear cada plaza que visito, aunque sean pocas.

Me fui con un amigo habitual en mis aventuras, Yelito, un buen compañero capaz de averiguar y entrometerse en sitios que por mí mismo no me hubiera atrevido. A su vez, yo le proporcionaba esas otras experiencias donde él no podría haber llegado nunca. Digamos que la complementación ha sido muy fructífera y el viaje nos ha deparado intensidad, sin sufrir ansiedad. Nos levantábamos todos los días sobre las 10 de la mañana, lo cual nos permitía estar frescos para lo que nos acontecía en el día a día. Los que nos han seguido en las redes sociales pueden haber visto todo o casi todo lo acontecido, reservándonos ciertas áreas que solo se pueden contar en vivo.

Como últimamente en todos mis viajes, me he hecho acompañar de mi tabla de SUP. Ella me permite tener un punto de vista fuera de lo común. Navegar entre las piras funerarias del Ganges a su paso por Benarés (Varanasi) o remar en los blackwaters de Kerala o las playas del mar arábigo en Varkala ha sido todo un privilegio, que me otorga un placer más allá de lo tangible.

El viaje comenzó en Emiratos Árabes Unidos, en la populosa ciudad de Dubai. Un obsceno estado próximo a la ficción que alberga todo lo que la mayoría de los humanos no podemos permitirnos. Es un fascinante producto hecho de petrodólares y abundancia llegada de turbias procedencias. Durante 5 días fui acompañado de mi buen amigo Miguel Ángel, que me hizo de cicerone por las mega construcciones urbanas del desierto domesticado y, cómo no…, también me llevó al otro lado del telón, a la naturaleza más paupérrima y árida del territorio arábigo, el desierto, llegando a colarnos incluso en tierras de Omán.

Desde ahí volé a la India, llegando a mi primer destino, la ciudad del yoga, Rishikesh, a orillas de un Ganges recién expulsado del Himalaya, donde ya los Beatles se percataron de su atractiva belleza. Alquilamos las míticas Royal Enfield y recorrimos en moto sus inmediaciones. Pudimos asombrarnos de varios Artis (ceremonias a la puesta y salida del sol con cánticos, rezos y fuegos dando la bienvenida y despedida al astro rey) ante Shiva y sus consortes, presentes en todos los rincones.

De ahí volamos a Benarés o Varanasi, uno de los centros energéticos más impresionantes del globo. Dicen ser la ciudad más antigua del mundo, fundada por el propio Shiva. Situada en el Ganges, ciudad sagrada, capital de la espiritualidad hindú, es conocida por sus Ghats, gradas que llevan al río, donde se lanzan las Pujas. También ahí tienen lugar los crematorios de los difuntos, con sus cenizas arrojadas al río para la renovación de los ciclos y el karma. No tengo palabras para describirla, sólo sé que antes de irme de este mundo volveré. Aquí la vida y la más mísera existencia se dan la mano envueltas en un místico halo de inefable espiritualidad.

Por último, para completar el círculo, volamos a Kerala, el estado comunista del suroeste costero hindú. Este estado es a la vez la región más prospera de la India, donde existe el mayor índice de escolarización y esperanza de vida del todo el país. Paradójicamente, conviven hindúes, musulmanes, cristianos, jainistas y algún que otro judío en perfecta armonía. Sus playas son fantásticas, rodeadas de cocoteros y vegetación exuberante. Paralelos a la costa se encuentran unos canales llamados blackwaters, por donde transitan estas casas barco, reconvertidas en una experiencia fluvial para el turismo de paz y sosiego entre arrozales y zonas de cultivo. Aunque yo no crea en el comunismo como solución a los problemas, sí puedo ver que en esta tierra da sus frutos en oportunidades e igualdades. La asombrosa Kerala es un lugar paradisíaco donde hasta las desfasadas ideologías funcionan eficazmente.

Las gentes en la India hacen un consumo moderado de alcohol, lo cual evita desorbitantes reacciones. Con ello no quiero decir que no sean amantes de las fiestas y de los bailes. Si algo hay son fiestas, festivales o bodas, cada dos por tres te tropiezas con alguno de ellos. Todo se celebra, cuando no una religión lo hace la otra. Son muy escandalosos, les gusta elevar el sonido a lo más alto. Pasa lo mismo con su circulación, ahí sí que critico el uso exacerbado del claxon. Para un occidentalito como yo, resulta estridente y molesto a más no poder. Creo que eso sí les va a costar cambiarlo algún día. La falta de reglas en la conducción es un problema que a ellos les parece de lo más normal, nadie se enfada y todos asumen que así debe ser.

Algo a resaltar de esta civilización es el vegetarianismo del que hacen gala. La carne, más bien escasa, entre hindúes que no comen vaca y musulmanes que no comen cerdo, no da lugar a muchas opciones para comer chicha. Esta alimentación les hace tener una dieta equilibrada sin sobrepesos y, en cierta forma, sana. Digamos que la falta de sustancia de sus guisos la suplen con el massala  (currys), con destacada presencia de incandescentes picantes.

En este viaje he conocido desde la opulencia más desmesurada en Emiratos a la indigencia más avergonzante en India. Pero con lo que más me quedo de este último país es con sus gentes, amables y sonrientes. En ningún momento tuvimos un mal rollo o rechazo, todo ha sido bonito, cautivante y honesto. Y además barato, muy barato. Namaste. Y una última cuestión, porque cojones India se escribe sin hache e hindú si, ¿alguien lo sabe?

 

Antonio Robledo ZAPA

Recientemente visité un lugar muy peculiar en el desierto egipcio. Se denomina el Valle de las Ballenas. A unos 200 km de El Cairo, adentrándose en el Sáhara, se ubica este revolucionario yacimiento. Sobre el suelo reseco del desierto afloran esqueletos de prehistóricas ballenas. Lo que un día fue el mar de Tetis, hace 35 millones de años más o menos, se encontraba habitado por estos mamíferos acuáticos. Principalmente destacaba el Basilosaurus, de más de 20 metros de largo, y, de menor longitud, el Dorudon, con 5 metros.

El lugar se llama Wadi Hita, protegido por el gobierno egipcio y se puede visitar. Nos encontramos en su entrada con un fantástico centro de interpretación. La construcción encaja perfectamente en el terreno, sigue las formas semiesféricas típicas de las construcciones del desierto sin ser disonante. Posee una sala donde exhiben unos videos introductorios. En la sala principal se hayan expuestos los restos de las ballenas, acompañados de carteles informativos de la evolución, muy bien explicados.

Dispuestos a realizar la visita nos pertrechamos de agua y empezamos un circuito a pie delimitado por los hallazgos encontrados. Un total de mil restos óseos encontrados en toda el área, unos mejor conservados que otros. No deja de sorprenderme que a cientos de kilómetros del mar se encuentren estos vestigios. Me da por pensar una vez más en los cambios realizados en la tierra a través de los tiempos y lo insignificantes que somos.

El recorrido transcurre por un oued o valle donde se originan formas muy caprichosas en las rocas y el paisaje. Lo mejor es realizarlo al atardecer o anochecer, cuando el sol no adquiere tanto protagonismo.

Cuando dije lugar revolucionario no exageraba, pues éste es uno de los lugares donde se descubrió que el Basilosaurus, que poseía unas patas traseras y unas piernas pequeñas perfectamente articuladas (como la las piernas de una niña de 3 años), que no podían soportar evidentemente su peso en tierra, era la prueba definitiva.

Las ballenas emigraron del mar para tener una vida terrestre, como muchos más seres vivos. Es en este medio donde desarrollaron extremidades para sobrevivir y poder desplazarse. Sin embargo, las ballenas hicieron algo muy sorprendente en el mundo animal. Retornaron gradualmente hacia el agua y abandonaron su vida en tierra totalmente, llegando a ser como los actuales cetáceos que surcan nuestros mares. Durante la transición fueron menguando sus extremidades hasta su desaparición. Dicen que las ballenas vienen de animales ungulados, y algunos apuestan sobre  que se originaron a partir de un hipopótamo o algo parecido. En todo caso, ese fue el inicio del retorno hacia los océanos, donde al parecer se sentían mejor.

 

Por Antonio Robledo ZAPA

 

 

Despedimos el año con nuestra tradicional concentración invernal de river SUP. Este año la hemos hecho por tierras de Extrema-dura. En los ríos Jerte y Tormes.

Han sido dos días muy divertidos  durante l0s que nos acompañó el buen tiempo. Nos juntamos gentes de Valencia, Alicante, Extremadura, Cantabria, Asturias, Francia y Madrid. En estos descensos nada competitivos el ambiente es muy relajado y el reto lo tiene uno mismo con el río, (sin que vaya nada en juego)  a sabiendas de que siempre estará apoyado por la camaradería que reina en el río.

No lo hemos hecho público por las restricciones del COVID. La siguiente podrá apuntarse más gente, “seguro”. Esta vez fuimos 12, más los kayakistas del segundo día. En el Jerte descendimos 17 km de grado IIº+ de dificultad, con algún paso rozando el 3. Al principio el río se desparramaba tomando mucha anchura y haciendo los pasos muy someros pero, poco a poco, tomo un cauce más definido y también más movido. A pesar de ser un tramo poco frecuentado, se encontraba prácticamente limpio de árboles caídos.

El nivel de los participantes era muy bueno, la mayoría de los pasos se sacaban de pie sobre la tabla. Hubo caídas espectaculares también, pero eso forma parte del espectáculo, sino te quedas en casa. Acabamos en el pantano de Plasencia, donde tuvimos una puesta de sol espectacular. El mesón Antonio, a pesar de su resistencia inicial (por el horario), nos sacó unos huevos con jamón que nos supieron a gloria, al calor de una reconstituyente  lumbre. Allí pudimos platicar sobre las anécdotas y vivencias que nos deparo el Jerte, entre muchas risas y el buen rollo que nos caracteriza a la gente de río.

Esa noche nos fuimos a dormir con las furgonetas a la playa de Puente Angosto. Al día siguiente nos esperaba el Tormes. Este río tenía otras características y más agua. Durante el descenso nos acompañaron unos kayakistas que nos abrían generosamente los rápidos. Nada más empezar el río nos esperaba un paso de IVº+, algo intratable para la tabla de SUP. Un kayakista volcó y se fue hacia un drosage que le perdonó la vida. El tramo era corto, albergaba unos 4 km. aunque muy intensos los rápidos eran de un IIIº exigente, y bajarlos a vista siempre le suma un plus. El paso del molino lo inauguraban 3 grandes olas, en las cuales no debíamos caernos porque se encadenaban dos rápidos seguidos y te lo podías nadar todo. El tramo transcurría por una muralla granítica de poca altura pero daba la sensación de estrangule y de que la roca es más poderosa que el propio agua.

Para acabar teníamos un paso donde rebufaba a la izquierda, suerte que en la derecha existía una lengua que nos sacaba con un desnivel de dos metros. Todos los pasos fueron realizados con éxito y,  a parte de un remo roto, no hubo ningún otro hueso roto.

Igual que el agua busca su camino el RIVER SUP va buscando el suyo. Cada vez somos más los adeptos a este nuevo deporte tan pasional y donde Kalahari ha tenido un papel relevante en su desarrollo.

Nos vemos en la próxima concentración en Asturias, donde el 30 y 1 de mayo habrá un cursillo para la gente de iniciación y 2 de mayo una bajada para avanzados. Dia 3 para expertos

 

 

 

 

Participantes:

Toni Amador, Rabadán, Andrés Minguez,Tente  Frederic Parrel, Guillermo Calvo, Nacho Moreno, Coque Graciano, Joaquin el trucho, Hugo Asturias, el Zapa y artista invitado Yelito y sus azafatas Cris, Mar y Quilla.

Aparición estelar de Fredi kayakista extremeño de prestigio.

 

Blog Zapa kalahari

Cada vez que realizo un viaje me evoca la misma sensación, la de cerrar un paréntesis a mi regreso. Es como si mi vida transcurriera siempre en un mismo lugar, donde todo entra a formar parte de una cierta previsibilidad. Con los viajes todo salta por los aires y dejo que el azar me sorprenda con toda su gama de sensaciones y situaciones. Abro un paréntesis en el texto de mi vida.  El movimiento es el causante de tantas variaciones emocionales, de tantos impactos visuales, que ralentizan el tiempo de una forma asombrosa. Igual que cuando me muestro estático en mis quehaceres cotidianos, los días pasan fugaces ante mis ojos. El hecho de viajar me carga de experiencias, anécdotas y vivencias en las que los tiempos forman parte de otra escala. Es típico en mi decir  ¿recuerdas cuando salimos? Si parece que hubo transcurrido un mes y apenas sea una semana en tiempo real. Debo darle las gracias a Einstein y su teoría de la relatividad.

Acabo de regresar de Egipto. En esta ocasión fui con mis compañeros Toni Amador y Rabadán y también nos acompañaron el conocido you tuber Ruben Diez, más conocido como Lethal Crysis, su compañera Irati Sua y el camarógrafo Luis Piñero. Ha sido un viaje que me ha servido para conocer el mundo de internet y su forma de crear contenidos para la redes. El hacer un reportaje del viaje no deja de ser laborioso y lleno de esfuerzos creativos por parte de Lethal y su equipo, sin descartar la búsqueda del rigor y la veracidad de los hechos. Hemos podido descender el Nilo en tablas de SUP durante cuatro días, acompañados de falucas, visitando templos y canteras adyacentes al propio río. Convivimos con los nubios, nos hemos perdido por el palmeral, entrevistado a curtidos personajes, volado en globo, sufrido la intransigencia caprichosa de  las autoridades, visitado oasis, tumbas de faraones, bebido té con agua del Nilo, esperas de 5 horas de retrasos del tren que no llega, degustado sabrosas comidas, visto ballenas a miles de kilómetros del mar, soportado diarreas estomacales que licuaban los alimentos en cuestión de minutos, buceado en aguas más que transparentes rodeados de fantasías cromáticas, alquilado pick up para visitar zonas prohibidas… Hemos tenido que dormir sobre nuestras tablas, soportar ayunos intermitentes no deseados, conocer el desierto mas árido, donde los vientos y la erosión han dejado esculturas naturales en piedra y arena más allá de lo imaginable, conocido la miseria y la opulencia, pero sobretodo nos hemos reído y divertido mucho entre nosotros, donde ha primado el buen rollo ante todo. Un viaje que se acaba y un paréntesis que se cierra. Pronto saldrán al mundo virtual todas estas experiencias y serán compartidas por millones de personas en el canal de you tube de Lethal Crysis, donde podréis hacer vuestras estas sensaciones que os he contado. Con Irati hemos confeccionado y enriquecido un viaje de 9 días. Pronto tendréis la oportunidad de gozarlo de una forma tangible en marzo y noviembre desde Kalahari y una plataforma de viajes con este mismo propósito, el de viajar más allá de lo convencional, un viaje de aventuras en torno al padre de los ríos, EL NILO.

Por Antonio Robledo ZAPA

 

foto de portada: lethal Crysis y zapa con la polaroid

foto 1: Falucas al viento en Asuan

foto 2: Con Rabadán en el cacharro que alquilamos

foto 3 Equipo de grabación en el árido desierto

foto 4: Con Luis Piñero, el ojo tras el ojo

Foto 5: Grabando una entrada

foto 6: Irati y su  desparpajo

foto 7: El oasis de Wadi Hita

foto 8: Toni Amador curioseando las formas

foto 9: las formas, simplemente

foto 10: Volando en globo por el valle de los reyes, Luxor

Tras estos años aciagos en lo que se refiere a viajes y aventuras, recibimos la llamada en nuestras mentes de retornar al río Nilo. Toni amador, Guillermo rabadán y un servidor Antonio robledo ZAPA componemos el viaje. Más por otro lado Ruben Diez, Luis e Irati, seremos los afortunados de poder surcar las placidas aguas del Nilo en SUP. Este viaje tiene un fin. Es el de poder grabar un video de lo que es la vida en el río, transportados en la forma más sostenible posible, atreves del viento y el remo.

Utilizaremos unos barcos originarios del Nilo llamados falucas, estos barcos solo reciben el empuje del viento y la corriente (carecen de motor), dispensan de unas enormes velas y una cubierta de unos 20 metros cuadrados aprox. Es ahí donde comemos y dormimos. Siempre varados en las orillas playeras del emblemático río. Las falucas están capitaneadas por Nubios, el pueblo original del alto Nilo, ahora sumergidas por la megapresa de Asuan que inunda 500 km. Río arriba hasta llegar a las fronteras con Sudan.

 

Normalmente los vientos vienen del norte, por tanto en contra de nuestra intención, para ello los barcos van de lado a lado del rio para poder emplear la fuerza del viento en su beneficio. (Vamos lo que se dice ir ciñendo en contra del viento) con esta técnica y la tenue corriente de las aguas vamos poco a poco descendiendo las aguas del Nilo. Mientras nosotros ayudados con las palas y tablas disfrutamos del maravilloso escenario en armonía con nuestro entorno.

Una de las cosas más sorprendentes es que sus aguas están limpias, debido a la decantación de los sedimentos, la presa expulsa aguas limpias que poco a poco en su trayectoria hacia el Cairo van ensuciándose paulatinamente, para llegar a dicha ciudad totalmente contaminadas, lamentablemente.

Durante cuatro días iremos acompasando las aguas en nuestros SUPS, avanzando más rápidos que las falucas, eso nos otorga el beneplácito de poder visitar y acercarnos a cualquier punto de interés que nos depare la situación. Poder hablar con pescadores, campesinos y otros habitantes del río nos permite cierta integración entre los pobladores del río. La carencia de ciudades en las inmediaciones del curso, generan un paisaje prácticamente ancestral, casi como lo veían los antiguos pobladores de Egipto. A excepción de los cruceros que cansinamente rompen el encanto, pero en todo caso son momentos puntuales.

Nuestro viaje continuará con la inevitable visita al valle de los reyes en Luxor. Por la noche tomaremos el tren en dirección a la capital cairota. Aquí conduciremos un jeep para adentrarnos en el desierto del Sahara, donde existe un yacimiento paleontológico único en el mundo. Esqueletos de ballenas yacen en el árido desierto tras miles de años de fosilización. Nuestro viaje continuará llevándonos al mar Rojo. Bajaremos por la carretera de la costa hasta el parque natural de Wadi Gemal, frontera con Sudan. Intentaremos buscar y navegar junto a los  Manatíes y bucear entre sus arrecifes coralinos. Concluiremos nuestro viaje en transporte local desde la ciudad de Berenice hasta Asuan, desde donde regresaremos a España. Un viaje de reconocimiento para conseguir el próximo itinerario en los viajes que os ofreceremos a todos en Noviembre del 2022.  Estaros  atentos a nuestra proposición, si es tu deseo acompañarnos el año que viene.

El 1 de abril de 1995 Nace un proyecto de vida llamado kalahari expediciones y aventuras. Hoy 1 de abril 2020 cumplimos 25 años

Quiero agradecer de corazón a todos aquellos guías , amigos, allegados,  clientes que se han convertido en amigos y gentes que decidieron visitarnos alguna vez.

Podemos decir que hemos tenido una existencia de película, han sido 25 años de disfrute continuo. Empezamos con 10 arneses, 2 cuerdas, 10 kayaks, 15 neoprenos, y nos lanzamos a la aventura, nunca mejor dicho a la aventura de vivir intensamente de lo que nos gustaba, siempre con el respeto, la seguridad y la responsabilidad de hacer feliz a la gente que depositaba en nosotros su confianza y tiempo libre. Fuera de lo que ha sido el trabajo hemos sido gamberros, divertidos y un tanto ácratas.

Al principio nos encontramos con un paraíso para nosotros solos (el río Cabriel) sin normas, podíamos hacer lo que quisimos nunca nos portamos mal con nadie y menos con la naturaleza. Un poco hippies si que éramos, aunque más happys (felices), que hippies.  Poseíamos un Land Rober donde nunca íbamos menos de 10 personas,  a veces hasta subidos en el techo, no había restricciones. Hoy todo ya ha prescrito y las normas son otras. Los que nos conocían querían quedarse a vivir con nosotros. Teníamos una casa lo más parecido a una comuna. Todo el mundo era bien venido. La casa estaba llena de literas, cada pared era de un color, teníamos un corralito donde montábamos cada noche un sarao diferente, cuando no eran los timbales, alguien se lanzaba a contar chistes o a cantar. O cualquier cosa que te imaginaras o más. Los vecinos alucinaban, pero estaban contentos de que allí estuviéramos Cuando nos fuimos, nos echaron de menos, porque ante todo respetábamos. Nuestra vida desenfadada hacia que el que venía nunca se le olvidará ese fin de semana.